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jueves, 13 de noviembre de 2014

LIDER, POR SUPUESTO...




No me queda duda. Es que no hay color. Solo hay que teclear en Google líder o gestor y nos haremos una idea de qué opción es más interesante.

De las numerosas entradas al respecto, existe un alto porcentaje de coincidencias a la hora de señalar al líder como persona dotada con un poder que emana de sus seguidores, a diferencia del gestor, dotado del poder que le otorga su jefe inmediato. Si además a esto le sumamos el hecho de que el líder marca la dirección a seguir, asume riesgos, fomenta iniciativas y se centra en las personas, mientras que el gestor tiene una visión a corto plazo con planes y presupuestos, pues lo tenemos claro.

Si se pudiera elegir y fuésemos todos líderes, sin gestores, mal iría la empresa...

Ambos, líder y gestor, son imprescindibles para las empresas, las públicas y las privadas. El líder se debe a un proyecto, mientras que el gestor se debe a un consejo de administración. El éxito de las instituciones radica en que las dos figuras encuentren un campo de trabajo común donde puedan negociar y compartir objetivos. 

Un ejemplo de la falta de entendimiento entre líder y gestor que empieza a convertirse en un clásico es la relación mantenida entre Steve Jobs y John Sculley. En 1983 Sculley pasó de gestionar Pepsi desde la presidencia a Apple como director ejecutivo. Dos años más tarde relegó de sus funciones a Jobs, líder indiscutible de Apple desde 1976, por no estar de acuerdo con la visión que Jobs tenía de la empresa a largo plazo. Se quedó con una acción de la empresa y regresó a ella en 1997 para rescatarla de una casi bancarrota convirtiéndose en su director ejecutivo. En el año de su muerte su fortuna se valoraba en 8300 millones de dólares.

Como decía antes, este ejemplo es muy claro para ver cómo acaban las desavenencias entre líderes y gestores para una empresa. Apple se convirtió en una empresa bien gestionada y muy mal liderada que la situó en una posición financiera muy delicada. Sin embargo, la vuelta de su líder como gestor de la compañía catapultó al éxito a la empresa con la incorporación y desarrollo de ideas muy innovadoras.


Pero esto no solo pasa en Apple. En cualquier empresa, incluidas las que gestionan la salud de las personas, sin duda, la situación ideal, es la de incorporar líderes clínicos pero que además, estén formados en gestión para tomar lo mejor de dos mundos que al principio del post aparecen como tan contrapuestos.




                         Jobs con Sculley y un motivo de discordia



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