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miércoles, 26 de noviembre de 2014

Futuros Directivos con CORAZÓN








Con motivo del primer encuentro InfoJobs Executive "Los directivos del futuro" donde los representantes de tres de las mayores escuelas españolas de negocio, IE Business School, IESE y ESADE, compartieron su visión sobre cómo debe girar la oferta educativa de las escuelas de negocio, me gustaría analizar la figura del Directivo desde su perspectiva más humana pero sin dejar atrás las necesidades de  las empresas y organizaciones.
En este encuentro, se hizo visible dos carencias importantes en el perfil directivo: fomentar valores y saber entusiasmar. Bien es sabido que la felicidad es la que permite mejorar el trabajo de las personas, su vida y sus resultados, por lo tanto las empresas felices dan mejores resultados. De entre los conceptos allí tratados, me gustaría resaltar especialmente dos de ellos, los cuales giran entorno a la parte más humana del líder.
En cuanto a la parte más emocional, Luis López, director de Recursos Humanos de Deloitte, apunta que "el líder del futuro contará con dos características esenciales: la flexibilidad y la responsabilidad. Serán personas ágiles, que generen felicidad y contagien optimismo, algo que solo se consigue con la vinculación emocional con el proyecto".
Así mismo, Pedro Gato, Director de Executive Education Open Programs del Campus Madrid de IESE destaca la parte más humana: “Liderar personas tiene que llevar implícito un espíritu de servicio. Es fundamental la dimensión humanista en la gestión de los negocios”.
Seguro que más de uno se ha planteado al escuchar al líder o directivo de su organización cuestiones como ¿qué intenta comunicarnos?, ¿cuál es su visión o sueño?, ¿nos impulsa esto a mejorar?, etc. Porque no basta hablar  de una visión, hay que trasladar emociones, provocar sentimientos de cambio y mejora continua, que al final revertirán proyectos al servicio del bien común de la organización y de la empresa y por ende de la sociedad.
Resulta evidente, que para sobrevivir en este entorno cada vez más complejo, competitivo y en constante cambio, donde la tecnología es la reina del tablero  marcando las directrices del juego, que los futuros directivos deben tener además de una clara visión, VALORES HUMANOS.

El directivo o líder debe tener una visión individual y clara de cómo quiere su mundo, ya que cuando comienzan su viaje lo hace transportándose en lo más importante que tiene, sus valores. Estas personas son capaces de trasladarnos sus sueños de forma inconsciente a través de su energía mezclada con altas dosis de emoción. Imaginan lo imaginable, están convencidos de su conquista. Las caídas y derrotas vividas en el camino las entienden como formas de crecer y fases necesarias para alcanzar la madurez de su sueño nunca las visualizan como fracasos.
Un soñador admirable fue Walt Disney, desarrolló su sueño y hoy Disneylandia es una empresa atractiva, rentable y sigue cumpliendo su misión de divertir a niños y adultos.
Los líderes soñadores cuando nos hablan, nos contagian su pasión con sus palabras y  lenguaje corporal. El brillo en sus ojos les delata, la emoción les gana y cargan sus mensajes de energía y convicción hasta lograr el compromiso de sus seguidores.
De entre todos los valores comunes que podemos encontrar en los líderes, destacaría los siguientes:
La humildad, es una conducta, un modo de vida. La humildad es una de las virtudes más nobles del espíritu. Los seres que carecen de humildad, carecen de la base esencial para un progreso seguro. Las más bellas cualidades sin humildad, representan lo mismo que un cuerpo sin alma. Las personas con este valor cuando se equivocan lo reconocen, se levantan y siguen caminando sin mirar atrás. Y cuando parece que les van bien las cosas no se lo creen demasiado. Es un valor que potencia el control del error y el éxito.
La  constancia. La gente grande llega muy lejos porque no sólo está en “el aquí” y “el ahora” simplemente están. Dan pasos firmes en la dirección correcta. Además son muy curiosas y con gran sed de conocimiento, prefieren rodearse de gente con talento para que les sume. No se “comparan con” sino que “quieren aprender de”.
Es gente optimista, eligen el optimismo como forma de vida. Este valor les permite confiar en sus capacidades y posibilidades, enfrentándose con perseverancia ante cualquier dificultad que se les presente en el camino, encontrar soluciones, ventajas y oportunidades ante los inconvenientes surgidos. Nos ayuda, a descubrir lo bueno de las personas que nos rodean y a aceptar todo tipo de favores que nos ofrezcan de corazón. Estas personas no se creen los conocedores de todo, saben buscar ayuda como una alternativa para mejorar o en el mejor de los casos alcanzar sus sueños.
Utilizan el humor como riñón para vivir, no llegan a tomarse las cosas a la tremenda. No es gente que deba contar chistes, sino que se ríen de sí mismos. Cobran distancia y perspectivas frente a sí mismos y deciden tener una relación comprensiva, amable con ellos mismos y para ello se envuelven de humor. Una vez que te conoces, o te deprimes o te ríes.
El sentido del humor es el que te permite el control del poder y no quedar enredado en su telaraña, porque liderar no es sinónimo de poder. El lenguaje es muy rico, y no porque una persona ocupe el puesto de consejero delegado o de presidente tiene capacidad de liderar, tendrá el poder, el estatus, pero no la credibilidad, la influencia, el “extra” que marca a un líder. Hay personas que tienen liderazgo pero a lo mejor precisamente por tenerlo no lo ven reconocido por cuotas de poder. De entre todos los valores descritos, me gustaría poner en relieve que quizás el sentido del humor es el que hace de hilo conductor de todos los demás. Como decía Ortega“Si quieres liderar impera sobre ti mismo. Y para imperar sobre ti mismo hay que ir a la base de tus carencias y entonces requieres de esa mirada amable y comprensiva, cariñosa y simpática que es el humor”.

Estos valores están presentes en todos nosotros, lo que nos falta es reconocerlos, desempolvarlos, entrenar cada uno de ellos para ser los líderes del proyecto más importante, NUESTRA VIDA. Sólo de este modo seremos capaces de plasmar estos valores en nuestra vida profesional desplegando el corazón no sólo de un directivo sino de un Líder.                                                                          

jueves, 13 de noviembre de 2014

LIDER, POR SUPUESTO...




No me queda duda. Es que no hay color. Solo hay que teclear en Google líder o gestor y nos haremos una idea de qué opción es más interesante.

De las numerosas entradas al respecto, existe un alto porcentaje de coincidencias a la hora de señalar al líder como persona dotada con un poder que emana de sus seguidores, a diferencia del gestor, dotado del poder que le otorga su jefe inmediato. Si además a esto le sumamos el hecho de que el líder marca la dirección a seguir, asume riesgos, fomenta iniciativas y se centra en las personas, mientras que el gestor tiene una visión a corto plazo con planes y presupuestos, pues lo tenemos claro.

Si se pudiera elegir y fuésemos todos líderes, sin gestores, mal iría la empresa...

Ambos, líder y gestor, son imprescindibles para las empresas, las públicas y las privadas. El líder se debe a un proyecto, mientras que el gestor se debe a un consejo de administración. El éxito de las instituciones radica en que las dos figuras encuentren un campo de trabajo común donde puedan negociar y compartir objetivos. 

Un ejemplo de la falta de entendimiento entre líder y gestor que empieza a convertirse en un clásico es la relación mantenida entre Steve Jobs y John Sculley. En 1983 Sculley pasó de gestionar Pepsi desde la presidencia a Apple como director ejecutivo. Dos años más tarde relegó de sus funciones a Jobs, líder indiscutible de Apple desde 1976, por no estar de acuerdo con la visión que Jobs tenía de la empresa a largo plazo. Se quedó con una acción de la empresa y regresó a ella en 1997 para rescatarla de una casi bancarrota convirtiéndose en su director ejecutivo. En el año de su muerte su fortuna se valoraba en 8300 millones de dólares.

Como decía antes, este ejemplo es muy claro para ver cómo acaban las desavenencias entre líderes y gestores para una empresa. Apple se convirtió en una empresa bien gestionada y muy mal liderada que la situó en una posición financiera muy delicada. Sin embargo, la vuelta de su líder como gestor de la compañía catapultó al éxito a la empresa con la incorporación y desarrollo de ideas muy innovadoras.


Pero esto no solo pasa en Apple. En cualquier empresa, incluidas las que gestionan la salud de las personas, sin duda, la situación ideal, es la de incorporar líderes clínicos pero que además, estén formados en gestión para tomar lo mejor de dos mundos que al principio del post aparecen como tan contrapuestos.




                         Jobs con Sculley y un motivo de discordia



domingo, 2 de noviembre de 2014

¿SI o NO ES UN PAÍS PARA VIEJOS?

Si, indiscutiblemente una gran película de los COEN.
No, no voy a hablar de ella, ni de Javier Bardem.


Hace una semana, la prensa se hacía eco de una noticia que daba el INE: Si se mantuvieran las tendencias demográficas actuales, España perdería un millón de habitantes en los próximos 15 años y 5,6 millones en los próximos 50 años

Es por ello que el porcentaje de población mayor de 65 años, que actualmente se sitúa en el 18,2%,  pasaría a ser el 24,9% en 2029 y del 38,7% en 2064.


 Hablamos por tanto de una población española envejecida, con una pirámide de población similar a las estudiadas para otros países europeos, como Suiza, Francia o la omnipotente Alemania así como en Estados  Unidos.


      La evidencia empírica encuentra una relación positiva entre el gasto sanitario y el peso de la población mayor de 65 años, por lo que, de nuevo, cabría esperar un incremento de esta partida de gasto como consecuencia del envejecimiento de la población. No obstante, las previsiones relacionadas con este componente del gasto público están sujetas a una mayor incertidumbre, dado que no existen reglas claras que permitan prever la evolución de la demanda y de la oferta de servicios sanitarios. De hecho, ni siquiera está del todo claro cuál es el papel que juega la demografía, ya que algunos estudios sugieren que la mayor parte del gasto sanitario se concentra en el último o en los dos últimos años de vida del individuo, independientemente de su edad de fallecimiento.



  Esta relación es claramente positiva de forma que el gasto per cápita más elevado se concentrará en los individuos de 75 y más años.

    Si se aplican sobre ese perfil la asunción del gasto sanitario, que se supone constante para las estructuras de la población derivadas de las proyecciones demográficas del INE en cada uno de los años hasta 2050, el  resultado de este ejercicio es un crecimiento del gasto sanitario sobre PIB de 1,6 puntos porcentuales entre el año 2000 y el 2050.




La proyección anterior debe tomarse necesariamente con cautela: 

  1. Por un lado los factores no demográficos, que no han sido tenidos en cuenta en las simulaciones, habrían jugado en el pasado un papel esencial en la evolución del gasto sanitario. Entre estos factores se podrían mencionar algunos de demanda, como es el hecho de que el consumo de sanidad muestra una relación positiva con el grado de desarrollo de la economía, o de oferta, como la utilización de tecnologías más caras, o el incremento del grado de cobertura pública de la sanidad asociado al desarrollo del Estado de Bienestar en algunos países. 
  1. Por otro lado, la relación entre el gasto sanitario y la edad, que se supone constante en las proyecciones, ha variado en el tiempo. Se hace claro el pensar que el gasto per cápita en las personas mayores ha tendido a aumentar cuando se compara con otros tramos de edad asociado a una utilización más intensiva de tecnología sanitaria que se concentra en las personas mayores.

Cabría entonces preguntarnos: ¿Qué evolución tendrán los sistemas sanitarios en la UE y, de manera particular, la atención a las personas mayores en los años venideros?.

La respuesta no puede ser sino compleja. Pero una tema nos queda claro, no como en el informe de sostenibilidad del año 2013 del ministerio de sanidad, y es que se debe prever atendiendo a mas factores, que NO SEAN EXCLUSIVAMENTE LOS DEMOGRÁFICOS.